martes, 2 de noviembre de 2010

De la vida y sus formas


Habló el cambiaformas:

"Soy agua. Soy un charco en el desierto, barro en el desierto. Soy toda el agua, toda. Nací para amar al aire en nubes congeladas, pero me enamoré de la tierra. Pedí al fuego que me derrita para así llover sobre ella. Y así lo hice, durante incontables eones lloví sobre la tierra cada vez mas húmeda, mas llena de mi. Y cuando deje de llover me recosté sobre ella y mire al cielo. Aire y Fuego, y dormí. Cientos de eras reposé sobre la tierra, con la cara hacia el cielo. Y vi nacer a los seres de barro. Agua y Tierra. Amé a esas criaturas que eran mis hijos y de ella. Y ya no pude voltear a verla, el mas mínimo movimiento acabaría con civilizaciones enteras. Pasé milenios, centenares de ellos, escuchando a los seres de barro ir y venir. Siempre de cara al cielo, como si esa fuera mi pena por desobedecer el mandato. Entonces bajó el Fuego en forma de una esfera luminosa que se hundió en mi y después en la tierra y fue una semilla, y esa semilla bebió de mi, bebió todo lo que era y fui semilla. Desde el centro me abrí paso hasta sentir el aire, pero era un tallo y los tallos son como los seres de barro, no sienten el aire. Pero sentí el calor y vi a la esfera bien alto en el cielo. Me estiré todo lo que pude para alcanzarla, pero todo no parecía ser suficiente para abarcar ese aire. Así pase cientos de años, hasta que pude soñar esa esfera dentro mío. Y la esfera quemó mis raíces y me obligó a caminar por la tierra, como las criaturas de barro. Me descubrí hambriento y abandonado, era tierra y agua y fuego, pero ninguno de los tres. Ya no amaba a la tierra y, en ese momento de claridad, recordé el mandato e intenté imitar el sonido del viento. Pero los elementos no hablan como las criaturas de barro y, aunque intenté durante meses, nadie respondió. Caminé durante días sin ninguna idea, mi fuego se había apagado y casi no sentía el agua. Era Tierra, Tierra que llamaba a la Tierra para reunirse y volver a ser completa. Me tendí en el suelo y quise ser polvo. Y fue el viento quien trajo las nubes. Y fue el fuego quien las creo, secando a las criaturas de barro. Gota a gota volví a ser. Ser agua. Ser un charco en el desierto."

Y así como termino de hablar señaló hacia arriba y abajo al mismo tiempo. Y desapareció, como los recuerdos olvidados. Se desvaneció en ese lugar ajeno y recóndito que tenemos en llamar la nada. Pero no vamos a hablar hoy de la nada o, mejor dicho, La Nada. Tal vez mas cerca del otoño, hay demasiado sol hoy.

Dicho eso, te saludo desde este lado de la secuencia.

Vibraciones e intensidad

G.

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