viernes, 29 de abril de 2011

A d M 948

Blanco de extremos resonó el llamado. Ese silencio de negras en la cacofonía previa al estallido. Blanco como un nudillo apretado. Blanco como una hoja vacía. Un blanco que hablaba mas de una mente que de un color.

Un tiempo.

Al unisono descargamos toda nuestra frustración sobre absolutamente nada. Saltábamos, convulsos, entre destellos de colores lánguidos. Entre blancos, negros, azules, violetas y rojos. Destrudo-trance. Y alguien clamaba por ese hombre que nos iba a salvar a todos. Y alguien le contestaba que el mesías estaba conectado a 220v y su única labor era filtrar los audios que la maquina transmitía a tal volumen que parecía resonar en nuestros cráneos. Pero estábamos conscientes, entregando solamente la energía que recibíamos. Fluidos y eléctricos nos escurríamos en la marea que una vez fueron "los nuestros".

Estábamos eufóricos. Las cosas habían cambiado. Nosotros habíamos cambiado.

Desde este lado de la secuencia...
vibraciones e intensidad.
G

viernes, 22 de abril de 2011

Regreso a las puertas

Sonaba como el batir de un tambor omnisciente.
Repicaba desde todos los rincones con potencia atronadora.
Arrasaba.
El mar en calma estallando en llamas.
Habían regresado por él.
El tiempo apremiaba y la consciencia se manchaba de pasado y futuro.
Era momento de actuar.
La puerta todavía tenía marcas de la ultima vez.
Los salmos de una Ceremonia.
Lo vi llegar de no muy lejos.
Las manijas de bronce, pesadas, en sus manos.
Caminaba despacio observando arbitrariamente distintas partes del paisaje.
Quien lo viera juzgaría que estaba distraído.
Pero ese hombre siempre tenia un plan.
"Salimos jugando".
Tomo las cartas en sus manos y pienso:
"Suspiro".
Dejo las cartas en la mesa una por una.
Las lineas se acomodan a la vista.

G

domingo, 10 de abril de 2011

Posicionamiento

Tras atracos e idilios
en dulces alcatrazes
Cuando se abrió la esfera
éramos tan vulnerables
Bajo inmensas tormentas
de inercias temporales
Herramientas extrañas
destronaron los altares
Navegamos olvidos
junto al ángel del paraje
Despertamos dormidos
trastocados por el viaje
Nuestras paces hicimos
y nos dimos al oleaje
Por las aguas profundas
vas a vernos flotar
Suspendidos del todo
contemplando el contemplar

g

jueves, 7 de abril de 2011

Estigia

Convulsión desproporcionada. Los dedos se mueven solos, hacen ecos y muecas. Dibujan en tonos de gris sobre la desesperación y el ansia. Rozan con la tangente, pero jamas se sumergen. Enfocados en una linea recta de pensamiento. Avance directo hacia inciertos paramos descritos entre sueños proféticos ungidos con sal y arena. Un tiempo, después otro. Nuevamente se suceden en una cuasi iteración. Los dedos continúan por si mismos. Juegan con ideas de piel infinita abrazándolos. Suspendidos en una no-idea indescriptible. Fútil intento de observar lo informe con una lupa. Ademán de aplauso. Desgracias. De nada.