Así que dejó de contarlos.
Sin los números para identificarlos parecían una sola gran masa cuyo único común denominador era... la falta del mismo.
Algo frustrado, quiso mirar en otra dirección, pero la situación no era muy distinta.
No podía asegurar si estaba mirando en otra dirección.
Lo mismo sucedió cuando intentó cerrar los ojos.
El espacio se cerraba sobre él.
Quiso perder el conocimiento.
Pero para ese momento ya había sido devorado por el universo.
G
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